Los ríos, en Nueva Zelanda, son cortos. El más largo, el Waikato (en la Isla Norte), no tiene más que 425 km. Pero todos presentan pendientes fuertes con frecuentes rápidos e incluso bellas cascadas. Su alimentación procede de las abundantes lluvias y, en la Isla Sur, de la fusión de los glaciares. La velocidad del agua y la frecuencia de terrenos impermeables provocan crecidas peligrosas. Estos ríos, con sus inmensos lechos de guijarros, en nada se asemejan a los ríos oceánicos, como el Sena.
Río Waikato
Los lagos, con sus profundas aguas, constituyen uno de los atractivos mayores de Nueva Zelanda. Aunque presentan variados orígenes, pueden agruparse en dos tipos: lagos de orígen volcánico, en el centro de la Isla Norte (Taupo: 606 km2, Rotorua),
y lagos de orígen glacial, al pie de los Alpes dela Isla Sur (Te Anau: 342 km2, y Wakatipu, etc.).
Lago Taupo
Lago Rotoroua
y lagos de orígen glacial, al pie de los Alpes de
Lago Te Anau
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